El capítulo cuenta la historia de un hombre llamado P. que estaba muy interesado en la hipnosis. Tenía un amigo moribundo por tuberculosis, llamado Mr. Valdemar, y pensó en él para hipnotizarlo en sus últimas horas de vida. P. fue a visitarlo y le preguntó si podía hipnotizarlo, y él le dijo que sí.
Mr. Valdemar estuvo siete meses hipnotizado, hasta que P. pensó que como estaba tan degradado, mejor despertarlo, y entonces Mr. Valdemar, en menos de un minuto, se pudrió sobre la cama y se convirtió en una masa líquida y podrida.
Me ha parecido un cuento muy irreal, poco creíble, porque una persona que estuviera hipnotizada y muriera durante la hipnosis se descompondría a partir de ese momento y no al finalizar el estado de trance.